Es como tener un tercer ojo fuera de mí, pegado en su frente. Ver lo que ve.
Que se abra sobre alguien un tercer ojo ajeno no es cualquier cosa, es una carga.
No tiene lugar para estar sin mí.
Se acaban los escondites para los secretos, porque veo en technicolor todas las acciones. A la palabra la calla el hecho. Lo he visto todo.
Es entonces demasiada verdad. Parece preferible cuando sólo me lo contaba, distorsionado, con arreglos y licencias, porque ahora es tan nítido, tan poco creativo, tan recurrente que cansa, que dan ganas de no verlo más.
Ya duermo sin miedo al coco de una asuencia; hasta, click, puedo apagar la luz.
Y un día mi tercer ojo, el ojo que vigila, el ojo universal, ése que va pegado en su frente, blink, se va a cerrar. Y vuelvo conmigo. Yo te acompaño, bicho. Jugaremos, verás, ya verás.
2 comentarios:
Hola muy bueno tu blog, ya que semos contemporaneos te estare leyendo, bueno pues saludos y lindo fin!
ME ENCANTÓ ESTE POST (bueno... todos me han gustado, como bien sabes). Cada que te leo me imagino lo que escribes y me quedo algo nostalgica.
Gracias por el link!
Saludos.
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