A veces me da pena el largo lamento que es este blog y por eso lo quito. Luego me doy cuenta que ya no tengo dónde lamentarme y entonces se me empiezan a amontonar los lamentos y ya no sé qué hacer con ellos, y me aterrorizo, y lo devuelvo.
Se me ocurre, por ejemplo, ahora: ¿dónde si no aquí voy a decir que he tenido el día más miserable de mi vida?
Lo tengo cada año, cada año se supera, cada año se impone un nuevo récord en la categoría "el día más miserable de mi vida".
Y el ganador es: ese día de junio del 2006 por no pude evocar ni un sólo momento feliz, me descubrí terriblemente sola, lloré descontroladamente y esperé esperé y tu casa derribaré.
Clap, clap, clap.
Pero bueno, ya pasó.
¿Qué calamitosas sorpresas nos esperarán el próximo año en "el día más miserable de mi vida"?
¡Esté pendiente! ¡No se lo pierda!
Ya se empieza a generar la expectativa. ¿Qué será, será?
Se me ocurre, por ejemplo, ahora: ¿dónde si no aquí voy a decir que he tenido el día más miserable de mi vida?
Lo tengo cada año, cada año se supera, cada año se impone un nuevo récord en la categoría "el día más miserable de mi vida".
Y el ganador es: ese día de junio del 2006 por no pude evocar ni un sólo momento feliz, me descubrí terriblemente sola, lloré descontroladamente y esperé esperé y tu casa derribaré.
Clap, clap, clap.
Pero bueno, ya pasó.
¿Qué calamitosas sorpresas nos esperarán el próximo año en "el día más miserable de mi vida"?
¡Esté pendiente! ¡No se lo pierda!
Ya se empieza a generar la expectativa. ¿Qué será, será?
1 comentario:
me acuerdo del capítulo de los simpson en el que se van de vacaciones al parque de tom y daly donde unos robots se vuelven locos y homero muy enojado dice que sólo él, y tal vez el muchacho, tienen el derecho de arruinar las vacaciones de la familia.
Atte. El muchacho
Publicar un comentario