Total que ya no tengo ni voz ni ganas ni nada, total que no llegó, total que me importa tanto que no me importa.
*Es tan malo que hasta es bueno.*
Qué pinchetristeza la de estos días, la de mañana.
Suelto todo lo que tenía agarrado, acepto que se vayan (que se vaya) (que te vayas), yo me quedo donde siempre, en lo mismo.
No lo quiero pero lo aguanto. (Valiente valiente.)
Yo quería ser feliz.
No lo fui.
Pero bien que me hubiera gustado.
Solita va solita irá venciendo al miedo.
*Felicidades, mi niña*
1 comentario:
Pero pues siempre hay la posibilidad de acostumbrarse a no ser feliz, entonces supongo que todo se hace más fácil de entender.
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